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LETRAS BERCIANAS / Club tULEctura: la animación a la lectura como servicio público

Fue en la plaza Fernando Miranda de Ponferrada, mi querido profesor Manuel Rodríguez, a la sazón buen concejal de Cultura, me invitó a pregonar la Semana del Libro, siempre en durísima competición con los partidos de la Champions que los bares de la plaza proyectan en pantallas gigantes. Fue allí, entre gritos de ¡Gooool! y vítores de los intelectuales locales a la Roja, donde pedí la apertura de librerías de guardia, tan necesarias como las farmacias.

¡Ah, las librerías de guardia!, decía entonces: Necesitas a medianoche un Espronceda, o te duele la lírica, y acudes a la librería de turno, “Deme unas estrofas”. “No las tome en ayunas, mejor un par de endecasílabos con cada comida”.

Pues bien, la Universidad de León, en adelante ULE, ha montado una librería de guardia en la Biblioteca Universitaria San Isidoro, donde prescribe los medicamentos —en realidad te dan solo el prospecto para leer, sin las grageas— un bibliotecario berciano, Santiago Asenjo, digno colega de otro bibliotecario ilustre, Enrique Gil y Carrasco, que lo fue en la Biblioteca Nacional, en cuyo gabinete escribió El Señor de Bembibre, poco antes de emprender su definitivo viaje a Berlín.

La Biblioteca del Campus de Vegazana, sin dejar de ser universal, es leonesa y berciana por los cuatro costados: alberga entre otros tesoros la Fundación Antonio Pereira, en la que se custodian, catalogan y estudian las obras y todo un caudal de cuadernos inéditos, notas, apuntes y recuerdos del ilustre poeta y cuentista villafranquino. Impulsa esta labor ejemplar Úrsula Rodríguez, viuda de Antonio Pereira.

Baste este ejemplo para poner en valor los fondos de la Biblioteca Universitaria de León, que disfrutarán los investigadores y curiosos que quisieren, pero me gustaría en esta nota poner el énfasis en la tarea de animación a la lectura, en la que el equipo de Asenjo tiene una espléndida trayectoria: desde 2012 la ULE forma parte de la Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL) a través del Club tULEctura, que comenzó su primera programación en el curso 2013/2014, y en apenas cuatro años, en julio de 2018, su blog superó los cuatro millones de visitas.

Red Internacional

Cuatro millones de blogueros en un Club de Lectura es mucho, pero el dato es cualitativamente más potente si añadimos que el 60% de esas visitas fueron desde el extranjero, en especial desde países de América Latina. Estamos hablando, pues, de un impacto global cuya programación anima a la lectura de distintos géneros, desde la literatura a la divulgación científica; promueve la participación de los lectores y les facilita herramientas en abierto, así como material docente y de investigación a través del repositorio BULERÍA.

Este trabajo de divulgación no se limita al Campus de Vegazana, ni al espacio virtual de la Red, sino que la Biblioteca llega físicamente a todo el territorio de la provincia leonesa, incluido el Lejano Oeste Bierzo, gracias a su acción conjunta con el Servicio de Bibliobuses de León, dependiente del Instituto Leonés de Cultura. En una provincia extensa, en la que las nieves y los inviernos crudos aíslan aún más a una población cada vez más envejecida, la llegada semanal o quincenal del Bibliobús cargado de libros es, ya lo anticipamos, una auténtica librería de guardia. “Le traemos Cicatrices de charol, doña Leonila, le va a gustar”. “Gracias, hija, pero déjame también esos comics que veo ahí, para mi nietín, que viene el fin de semana…”.

Medicamentos del alma y del espíritu sin receta, una red de bibliobuses capaces de llegar al Páramo o a la Omaña, a Babia o a la Cabrera. Y si eres mileurista, también te regalan los supositorios: cada año hacen en el Campus una “suelta” o liberación masiva de libros, una acción de Bookcrossing, generosa, festiva y divertida.

Trabajo en equipo

También llegan lejos, allá donde alcanza Internet, las sesiones del club tULEctura con autores, que son grabadas en vídeo y subidas al repositorio de la ULE. Sé por experiencia personal que el servicio es ágil y eficaz: la semana pasada tuve el honor de inaugurar el programa 2019 de Lecturas de Divulgación Científica, con una invitación a la lectura de mi ensayo La aventura de la ciencia en la Antártida, que fue emitida en streaming, y a las pocas horas del evento, todos los materiales estaban colgados en la red, a disposición de ese 60% de usuarios desde Latinoamérica y todo el mundo.

Un lujo por el que quiero dar las gracias y felicitar a todo el equipo de la Biblioteca Universitaria de León: Ana María Rodríguez Otero, administradora del blog tULEctura y codirectora del Club de Lectura; Jesús María Nieto Ibáñez, coordinador de la Red Internacional de Universidades Lectoras (RIUL); Natalia Álvarez Méndez, codirectora del Club de Lectura; Roberto Soto Arranz, director del Club Leemos con el Bibliobús del Instituto Leonés de Cultura; Nuria González Rabanal, directora de la Cátedra Almirante Bonifaz; Teresa Llamazares Prieto, directora del Programa Interuniversitario de la Experiencia (PIEx); Teresa Renilla Santos, coordinadora del Campus de Excelencia Triangular; Beatriz Abella García, programa de Acercamiento Intergeneracional; y el ya citado Santiago Asenjo Rodríguez, director de la Biblioteca de la Universidad de León.

Les invito a visitar su blog de guardia y participar de sus tratamientos médicos, mano de santo, remedios tan saludables como Cruce de caminos, proyecto de fomento de lectura compartido por las Universidades de Burgos, Extremadura y León, tres universidades hermanadas por la lectura que igual mapean el Camino de Santiago o la Ruta de la Plata, como hacen concursos de poemas virtuales el día de los enamorados, tal que así: “El crimen de la escritura / traducir poesía / sin querer / un largo viaje”. Ahora, amable lector o lectora, áteme usted esa mosca por el rabo. Puede ganar una de las tres bicicletas de premio. Dense prisa que el plazo acaba el 22 de marzo.

Valentín Carrera

Bembibredigital