El Niño de la Cueva de Granátula de Calatrava (Ciudad Real).

Una leyenda afirma que de madrugada se aparece un niño, vestido de blanco, llorando, desde la zona de la cueva. Va buscando a sus padres que fueron procesados por la Santa Inquisición y parece que murieron por las fuertes torturas en la cueva de la casa. Unas víctimas de otras tantas, que habrían muerto a causa de las graves heridas, tormentos y vejaciones de los inquisidores y verdugos. Por eso se dice que es característico el sonido del silencio de la casa, el crujir de los techos y vigas de madrugada, porque recuerda a esas almas que vagan sin destino ni descanso. Esta cueva se dice que llega hasta la actual plaza de España.