Según las creencias guanches, Guayota vivía en el interior del volcán Teide (Echeide, el infierno), Guayota era el demonio, el rey del mal. Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide. Los guanches pidieron clemencia a Achamán, su dios supremo. Achamán consiguió derrotar a Guayota, sacar a Magec de las entrañas de Echeyde y taponar el cráter. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide. Después según sus creencias un terremoto separó o fraccionó la isla de Echeide, hasta que se crearon las siete Islas Canarias. Tyterogaka (Lanzarote), Erbane (Fuerteventura), Tamarán (Gran Canaria), Achined (Tenerife), Gomera (La Gomera), Benahoare (La Palma) y Ezeró (El Hierro). Desde entonces Guayota permanece encerrado en el interior del Teide, cuándo el Teide entraba en erupción, era costumbre que los guanches encendieran hogueras con el fin de espantar a Guayota. Otra versión dice que esas hogueras servian para que si Guayota lograba salir de Echeyde, creyera que seguía en el infierno y pasase de largo.