Cuentan que el diablo, perseguido por los ángeles buenos, se vio obligado a construir varios puentes sobre los ríos, en una sola noche, con el fin de facilitar su huida. Uno de estos puentes se localiza en Fuencalderas, en la provincia de Zaragoza, quizás el pueblo menos conocido de la comarca de las Cinco Villas. Se halla situado en el Codero, arroyo que sirve de límite con el término de Aguero y que lleva sus aguas desde Sierra Mayor hasta Bauliso, donde desemboca en el barranco de Cervera.
Curiosamente, en la margen derecha de ese barranco se levanta la popular Peñá Sola de la Jafa de Collás, compuesta por una gran roca de seis toneladas, asentada sobre la tierra erosionada, en forma de caprichosa columna, difícil equilibrio que responde a las complejas leyes de la gravedad establecidas por la propia naturaleza, sin que el hecho tenga una explicación lógica. Algo parecido sucede con la Peña Sola de Ferretes, en Petravera. El singular panorama se completa en los parajes de Terreno Blanco, la Cueva de Caloyo, las Rallas (gigantescas moles grisáceas) y el Siñal de Mediodía. El último fenómeno geológico se produce precisamente en la Ralla de Salás, encarada hacia el poniente, que adquiere forma de paloma justamente a las doce del mediodía, hora solar. ¿Acaso sirvió para ahuyentar al Diablo, constructor de puentes en una sola noche?
Fuencalderas depara esas y otras sugerentes sorpresas, a caballo siempre de la leyenda, aunque no todas ellas hayan de tener, necesariamente, supuesto origen diabólico. Pero la tradición lo cuenta así.