Moro encantado custodio de un tesoro, que vive en una fuente del pueblo extremeño de Eljas llamada de los Haberes o Haberas, convertido, según recoge Publio Hurtado "en gallo de plumaje de oro pavonado y recamado de diamantes, amatistas, zafiros y rubíes. Ornando el erguido cuello, ostenta un collar con doce cascabeles de oro cincelado, lo que confirma un cantar que entonan los mozos y mozas de la aldea, y dice "Niña, en la fuente de los Haberes, reza un gallito con cascabeles". Al parecer, para cogerlo y apoderarse del tesoro, basta con rociarlo con agua de la fuente donde habita.