En cuanto a las llamadas "anguilas" de mazapán, comenzaremos por decir que también acerca de ellas existe su leyenda tradicional. Dícese, en efecto, que habiéndose extinguido a principios del siglo pasado la sabrosa anguila del Tajo, tan apreciada desde tiempos de los romanos en cuyas doradas mesas y soberbios festines y bacanales se la hacían servir como plato carísimo, pero cual exquisito manjar, los confiteros de Toledo, en recuerdo, honor, y substitución de aquellos peces, dieron en hacerlos o imitar su forma con el mazapán, dándole así cierto convencional aspecto de pescado, ya que principalmente se comía durante las vigílias de Navidad.