En el monte de Caravia está la fuente del Alisu, en la cual hay princesas encantadas por un Cuélebre. Este, la mañana de San Juan, enróscase y duerme ; entonces, las encantadas salen y suben al pico del Castro a limpiar la cadena de oro que le rodea. Y al bajar, cogen flores de cotolla y danzan en el campo de la Llana.
Si durante el sueño del Cuélebre pasa por allí una persona, las princesas se acercan a ella y le dicen:
—Toma nuestra riqueza y danos tu pobreza.
Si en aquel momento tira una medalla en la fuente o les entrega a ellas un objeto bendito, quedan desencantadas. Pero si no hace esto, al salir el sol, despierta el Cuélebre y las princesas vuelven a su encantamiento.