Se sitúa el lago en una concavidad del pico Ausente, de la sierra de Sentiles. A lo lejos se divisan las montañas de Mampodre, de "manos podadas" que hablan de luchas cruentas y martirios de cántabros por los romanos. Hoy es una reserva de parque natural donde se da el corzo, jabalí, oso, urogallo y otras especies cinegéticas a lo largo y ancho de treinta mil hectáreas.
Tenemos lago pues tenemos leyenda. Alguien comenta que en las noches de luna llena se oyen mugir los bueyes ahogados en el otro lago de Isoba, los de la moza, y que se divisa a plano más bajo. Si los naturales de Isoba lo dicen será verdad. Otros dicen que se oyen los bramidos de este lago desde el pueblo de Cuénabres, porque el lago se agita tormentosamente, como las aguas del mar.