Cerca del lago se halla la peña del Cuérrabo, donde cuenta la tradición existían las ollas de cobre llenas de monedas de oro que halló un vecino de Riolago, y de ahí le vino su despegue de riqueza. La conseja popular afirmaba que a cincuenta pasos al sur de la peña del Canto del Urrio, que se parece a una yegua torda, allí se hallaba la cueva que guardaba el tesoro. Y así sucédió. Merece la pena que hubiera una investigación arqueológica por este lugar que se cree asentamiento de un poblado astur y castro romano.