Queda este lago situado en el enclave glaciar de la peña Cuiña, a dos mil metros de altitud, en los Ancares. Lugaf, bellísimo para abrevar los corzos, que los hay en cantidad. Desde allí se divisa todo el valle de Tejedo y Candín; y al otro lado Balouta con sus pallozas, y Suárbol. Allá lejos, hasta Fonsagrada de Lugo y las tierras asturianas de San Antolín de !bias.
Dicen las leyendas que como en Candín hubo una zeca mora para acuñar y cambiar dinero; una vez robaron las piezas de oro y plata y raptaron a los moros haciéndolos desaparecer en las aguas de este lago, y nunca más se supo de ellos. No obstante, por la época del Ramadán, se oye en el lago un recital nocturno de versículos del Korán.