Las lagunas de Bercianos del Real Camino se hallan situadas en el centro de un triángulo que pudiéramos trazar entre Bercianos, Calzada del Coto y Gordaliza del Pino. Quedan a la izquierda de la carretera que parte hacia Bercianos, desde la que conduce a Sahagún.
Es una laguna muy grande que, a veces, con el estiaje se parte en dos o tres. Su extensión sobrepasa las diez hectáreas, llena de espadañas y juncias. Debe ser profunda y fangosa. Hay quien asegura que tiene hasta arenas movedizas. En ella se cazan muchos patos silvestres, grandes lavancos y pollas de agua. Se pescan tencas de buen tamaño.
Dicen que las pollas de agua que a veces han abatido los cazadores se quejan con un graznido especial al recibir el tiro, porque son las ánimas que allí andan vagando, purgando sus faltas a través de los siglos.
Todo ello obedece a que Bercianos del Real Camino fue pasado a cuchillo y reducido a pavesas en tiempos de la reina Urraca, por el general Giraldo el Diablo del rey aragonés Alfonso el Batallador, segundo esposo de Doña Urraca; el que robó el Lignum Crucis en Sahagún, aunque más tarde lo devolviera para conservarse hoy en el museo de las benedictinas de tal ciudad.
Muchos habitantes de Bercianos huyeron ante la quema de la aldea, pero se precipitaron de noche en las aguas fangosas de la laguna, y vagan hoy en forma de pollas de agua.