Al salir de Villadangos en dirección a Santa Marina del Rey nos topamos con su gran laguna. Villadangos recibió de esta laguna el nombre de Fuenculebros.
Villadangos significa “vía-anguis”, o camino de la culebra, de la hidra de agua, que hace referencia a su laguna poblada de culebras.
Laguna que en otro tiempo sirvió para el riego, y aun se observan los montículos que tapaban las salidas del agua.
Las consejas populares dicen que los sacerdotes de Villadangos y Santa. Marina del Rey no gozaban de buenas relaciones entre sí, y cuando el de Santa Marina iba a León, por Villadangos, el párroco de este lugar le salía al camino a echarle las culebras de la laguna.
En las inmediaciones de Villadangos se dio una sangrienta batalla, entre las tropas aragonesas de Alfonso I el Batallador contra las leonesas y gallegas de Doña Urraca y el obispo Gelmírez.
El rey aragonés quiso prender al infante Don Alfonso VII. Pero los caballeros de la reina y del obispo almirante lograron huir con el niño y refugiarlo en Avila, y allí resistieron con denuedo la defensa del futuro rey.
Hay una tradición de que el aragonés hizo decapitar a varios caballeros que habían ido de parlamentarios a tratar con él, y echó sus cabezas en calderas de agua hirviendo. Por ello a aquel lugar se le denominó Las Hervencias, y a la ciudad Ávila de los Caballeros.