Muy cerca de la confluencia del Omaña y el Luna, por la carretera que parte de Carrizo de La Ribera, se halla esta Preciosa aldea, donde las haya.
Desde la parte final del pueblo, subiendo un par de kilómetros por un camino carretal, que se calca sobre un acueducto romano, se llega a estas Médulas de gran superficie.
A ambos lados del acueducto cae la explotación de las arrugia, con distinta técnica que la de las Médulas de Orellán, en El Bierzo.
En Villaviciosa se explotaba el oro sin ruina montium, formando infinidad de aroyuelos para el lavado aurífero. Los arrastres de los guijarros han dado abundante material para la gravera que hoy se explota en la localidad de Las Omañas.
La superficie de estas Médulas nos pareció mayor que la de las bergidenses; el agua se traía de los altos de Escuredo, y aun dice la leyenda que bajo el arroyo mayor, que llega directo a la gravera, se halla soterrado un edículo romano consagrado a un ellos, todo de oro.